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LAS SECUELAS PSICOLÓGICAS DE LAS VIOLACIONES, ¿DERECHOS O DECISIONES?

En los últimos meses se ha estado debatiendo desde cuándo se debe proteger la vida, y quienes han de protegerla, olvidando quienes son los que tienen los derechos. Y parece haber un debate de quienes tienen que decidir, y de quienes dependen estas decisiones. Mientras, nuestros periódicos se llenan de noticias de aquellos inocentes que tienen que ser protegidos desde el momento que se convierten en un ser humano palpable y productivo. A estos simbólicamente se les están pisoteando la dignidad y sus derechos. A éstos, pensamos que no existen o son invisibles mientras a mi no me pase. Este artículo es dedicado a todas las personas que no saben el daño psicológico que produce un acto de violencia como un acto de violación o un ultraje sexual. Es fácil hablar mientras no se sienten a las víctimas muy de cerca. Pero ya que la palabra de moda es “Derechos”, entonces les he de explicar los derechos que pierde un ser humano, y esto es si sobrevive, cuáles son las huellas psicológicas como vivencias traumáticas a las cuales las víctimas han de tener para el resto de sus vidas. La humanidad siempre ha estado buscando justedad, y se ha recogido mucho tiempo en la historia tratando de aplicar la justeza, no solo dominicana sino mundial, para haber llegado hasta donde los seres humanos conocemos como la civilización actual.

El nivel de violencia que se está viviendo ha deshumanizado a las personas escondiéndose detrás del miedo. Las violaciones a los derechos humanos se están usando como estrategias políticas en las cuales se encuentran amenazando el derecho a la vida y a la libre expresión para adquirir y mantener sus derechos, después de haber sido tratados como tercera y cuarta clase social. Es aún más indignante, más violento le etiquetamos “violaciones a los derechos humanos”.

Las violaciones a los derechos humanos clasifican en dos grupos a las víctimas. Las que de forma directa son afectadas por las torturas o las que están desaparecidas, y las que son víctimas indirectas, las cuales son conformadas por los familiares o allegadas.

Desde el 1999 la Comisión de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas definieron los términos de “víctima” claramente. De acuerdo con las Naciones Unidas el término de “víctima “ ha sido definido de la siguiente forma “una persona es víctima cuando, como resultado de acciones u omisiones que constituyen violaciones de derechos humanos o normas del derecho humanitario, sufre daño físico o mental, sufrimiento emocional, pérdidas económicas o imposibilidad de ejercer sus derechos fundamentales como persona”.

Freud definió el término de trauma psicológico como “cualquier experiencia que produzca efectos perturbadores como miedo, ansiedad, vergüenza, dolor físico, puede operar como trauma. Y el recuerdo del trauma, actúa como un cuerpo extraño que mucho después de su entrada, continua siendo un agente que opera”.

Los efectos psicológicos dependerán de la edad y el grado de violencia ejercido, la educación de la persona y cómo recibió el acto de violencia. Mientras sepamos y no concienticemos que la falta de educación, el miedo y la desesperanza nos dominen seguirán las violaciones a los derechos humanos. El acoso, hostigamiento, mobbing, miedo, amenazas, violaciones sexuales, todas son diferentes formas de violencia, pero aún no solo viola las leyes sino que todas son violaciones a los derechos humanos.

Los efectos colaterales de las violaciones de los derechos humanos son psicológicos, el pueblo dominicano se ha desarrollado en los últimos 30 años como un pueblo lleno de confusiones, temores, impotencias, hostilidades, angustias, un sentido de pérdida de seguridad, un estrés elevado, pesadillas recurrentes, retraimientos sociales, niveles de ansiedades elevadas y sentimientos de culpabilidad. Estos sentimientos de culpabilidad se han desarrollado por haber respaldado una regla, persona o un sistema social que ha roto un valor solidario. Y por ende, presentándose como problemas de concentración, falta de sueño o perturbaciones en el sueño, sentimientos de persecución, inhabilidad de expresión y una indefensión aprendida a no poder conceptualizar la verdad y la realidad de lo que está sucediendo a su alrededor. Pero no solo estas conductas se han podido desarrollar y evidenciar, sino que podemos observar la desconfianza en los demás, la indiferencia social, la poca tolerancia ante diversas circunstancias o situaciones o personas, corrompiendo todos los esquemas por las cuales hablamos y predicamos pero no ejercemos. Estas conductas sostenidas han estado desarrollando un sociedad con problemas psicosociales y psicológicos o psiquiátricos pues los niveles de suicidio/homicidio están en aumento, los trastorno del estado del ánimo (depresión), los trastornos de ansiedad por igual, el trastorno de angustia o trastorno de estrés postraumático.

Pero, lo mas escalofriante es que les estamos entrenando a los niños a ser menos tolerante, más agresivo, les enseñamos a acosar y ejercer el mobbing. A ser ignorante, pero no por falta de conocimiento académico sino por no tener la habilidad de poder conceptualizar las diferencias entre el bien y el mal. Pues les estamos enseñando a corromper la conducta modificándola a un conducta inadecuada a través de las mentiras, engaños y simulaciones, violentando los derechos de quien o quienes estén a lado tuyo. Nuestros hijos criados y desarrollándose en este tipo de ambiente, surgirán careciendo de habilidades sociales de suma importancia, careciendo empatía con aquellos que son diferentes a ellos por las circunstancias que sean. Y aquellos que hemos sido criados tendremos que adaptarnos o morir. Pues el que ignora y decide por el silencio y no ejercer sus derechos, decidió morir.

El impacto de otra persona ejerciendo tus derechos tiene consecuencias graves como individuo y como miembro de una sociedad. El símbolo de Las Mariposas fue una de las batallas simbólicas más importante en este país. Pues, representa la libertad política, la lucha de la libertad física, la seguridad, la moral, especialmente para la libertad de la mujer y sus derechos como el voto y toma de decisiones, a vivir sin miedo ni hostigamiento, acoso o mobbing en una sociedad de igualdad y equidad, y el derecho como niña o niño a desarrollarse con seguridad e igualdad humana.

Hoy, en pleno Siglo XXI seguimos siendo un grito silencioso de los derechos del individuo, de la mujer, y de la niñez. Y es importante resaltar que el derecho a la libertad de tomar decisiones responsables y conscientes solo le compete al individuo llamado humano y no a un pedazo de papel que toma valor a conveniencia de un grupo. John F. Kennedy dijo una vez que “La democracia es una forma superior de gobierno, porque se basa en el respeto del hombre como ser racional”… aun quiero pensar que somos mujeres, niñas, niños y hombres racionales con derechos individuales. Y no una sociedad con límites abusivos, y sin garantías reales para los seres humanos.

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